REFLEXIÓN FINAL
SOBRE LA DIDÁCTICA DE LA LENGUA CASTELLANA
Ahora hay
que sentarse a reflexionar y escribir sobre lo que hemos aprendido. Aunque no
sé si debo, empezaré diciendo que esta asignatura me ha servido de reflexión
continua sobre mi trabajo. Soy ya docente, pero con tus trabajos y forma de
impartir la asignatura, estás también haciendo reflexionar y cuestionarnos
sobre nuestra práctica en el día a día. Y sólo con este aprendizaje a mí me ha
merecido la pena.
También
quería resaltar un aspecto que me ha gustado de la asignatura en general,
aunque personalmente tengo que seguir trabajándomelo. En cada bloque, todo está
explicado y desarrollado con un riguroso orden y calidad, así como el
desarrollo de cada sesión. Nuestras clases, también deberíamos hacerlas así,
sin las prisas del día a día.
En el primer bloque sobre lenguaje y
comunicación oral, la primera reflexión que tengo que hacer es lo poco que se
trabaja en las aulas este tema, con lo importante y fundamental que es.
Aprendemos a hablar antes que a escribir, entonces, ¿Por qué parece que nos dedicamos muchas horas en las aulas a
que escuchen al profesor, a que rellenen fichas y libros, a que hagan deberes
escritos?
¿Y dónde
queda un espacio para que los alumnos se puedan expresar? Suben los alumnos en
primero de primaria y parece que ya tienen que estar sentados y en silencio.
Esto ya es obsoleto y no funciona. No trabajamos este aspecto tan fundamental y
luego, les pedimos de un día para otro que expongan un trabajo ante sus
compañeros, o ante profesores, que suban a un salón de actos a leer una poesía .
Y muchos se agobian porque no lo quieren hacer, porque les puede los nervios.
Algo estamos haciendo mal cuando esto ocurre, porque la expresión oral habría
que trabajarla desde todas las asignaturas y dándole la importancia que merece.
Si una oración tiene predicado nominal o
verbal, creo que no es vital para muchos. Algunos aprenderán este contenido y
lo olvidarán. Pero expresarse y comunicarse correctamente en público, lo van a
tener que hacer todos: cuando continúen con sus estudios, cuando tengan que
presentar ponencias o ante un tribunal en una oposición. En muchos trabajos, y
en la vida en general , se requiere de esta competencia que tan poco
trabajamos.
Además
quiero terminar mi reflexión del segundo
bloque, copiando tal cual empieza el
bloque 2 de la asignatura cuando dice “la
base de la lectura y de la escritura es el lenguaje hablado. No es ningún
secreto que los niños que tienen mayor facilidad para comunicarse, más riqueza de vocabulario y
fluidez, SON LOS PRIMEROS QUE EMPIEZAN A LEER”.
Con el segundo bloque, tuvimos que trabajar también un tema muy
importante: LA LECTURA, proceso complejo , ya que necesita que se trabaje y se
desarrolle todas las microhabilidades y microcapacidades que la componen. En los colegios se habla de
lectura comprensiva, de lectura oral, lectura silenciosa, expresiva…. La reflexión que creo todos los maestros se
tendrían que plantear es si conocen lo
importante y complejo que es el complejo lector. Deberíamos enseñarla de forma
adecuada, basada en motivaciones reales como la funcionalidad que tiene o la
necesidad de entender lo que nos piden. Hay que autoevaluarse y ver si los
niños disfrutan leyendo, o si comprenden lo que leen. Cuando en edades tempranas
se detectan estos problemas, sin duda alguna algo mal está haciendo el
profesor.
También es
importante conocer todos los procesos implicados en el proceso lector:
Habilidad visual, visión periférica, atención, concentración, memoria… Si vemos
que alguno de nuestros alumnos tiene
algún problema en estos aspectos, el maestro es el primero que lo tiene que
detectar, para intentar cuanto antes
poner una solución y mejorarlo. Exceptuando niños con dificultades de
aprendizajes importantes o con necesidades educativas especiales, en el resto
de alumnos deberían mejorar cualquier habilidad si se entrena. ¿Por qué no
entrenamos entonces?
Quiero
reflexionar de forma especial sobre la lectura comprensiva, ya que seguimos
teniendo alumnos que llegan a secundaria y tienen problemas para entender lo
que se les pregunta en un examen, o en un ejercicio. Si un alumno tiene
problemas de comprensión, va a tener dificultades para solventar el resto de asignaturas. A lo mejor entiende la
parte mecánica de las matemáticas, pero no la resolución de un problema. O si
le preguntan sociales o naturales de una forma diferente, realizando
inferencias, hipótesis o relaciones, no
lo sabe hacer porque no se le ha entrenado para ello . Se debería hacer una
reflexión importante sobre este aspecto, empezando a lo mejor por el tipo de
metodología que se sigue utilizando para leer, de base sintética, utilizando la
ruta fonológica, cuando está demostrado que es mejor la ruta ideovisual. Los
maestros de infantil y primaria tienen mucha importancia, ya que son los que
ponen una buena base o no para futuros aprendizajes.
Y en esta
aventura de leer y enseñar a escribir, llegamos al tercer bloque de
comunicación escrita: la escritura. Las mismas metodologías que hemos
nombrado con la lectura, poseen su correspondencia en el aprendizaje de la
escritura.
Unas se centran más en el
desarrollo grafomotriz y otras buscan la funcionalidad y significatividad,
poniendo a los niños en situación de
escribir con la importante funcionalidad de COMUNICAR. Los maestros, cuando los
niños acceden a primaria, deben saber de dónde parten los niños, cómo han
realizado la enseñanza del proceso lector: si han utilizado una base más
sintética o analítica o pictográfica.
Con la tarea
que había que realizar en este bloque de corregir a varios alumnos de
diferentes niveles su escritura, lo que
más me costó no fue encontrar un tipo de letra, o de papel para en realidad
entrenar lo que todavía no estaba adquirido. Si no tienen ningún otro problema
adquirido, estos alumnos deberían mejorar ya que van a entrenar Lo complicado,
y lo que no se nos puede olvidar es encontrar para el entrenamiento una
motivación para cada alumno que tenemos, y un constante reforzar lo positivo,
haciéndole ver sus errores pero también sus logros. Lo fácil es coger un
cuadernillo y que copie y copie; así haremos que ser aburra. Pero si le
conocemos porque es nuestro alumno, y sabemos cómo le podemos motivar, y le
dedicamos cinco o diez minutos a reforzarle lo que va aprendiendo, entonces
estaremos transmitiendo que cuando algo nos cuesta o lo podemos hacer mejor, no pasa nada. Para eso estamos en un
colegio, donde vamos a aprender.
Y en este
recorrido por la lengua, llegamos al cuarto
y quinto bloque, a un parte quizás menos
atractiva : la ortografía, semántica, sintaxis y morfología.
Si nombramos
la palabra ortografía y pensamos en lo primero que nos viene a la cabeza, muchos
recordaremos las faltas de ortografía, con copias una y otra vez y los mismos
errores de nuevo.
La
ortografía y la semántica son dos aspectos relacionados con la expresión y la
comprensión. Por un lado, debemos de saber, como se refleja en los apuntes de
clase, que la perfección ortográfica suele adquirirse tarde, y que nuestro dominio ortográfico se fundamente sobre todo en el recuerdo visual.
Esta idea es
fundamental, ya que aprenderemos a tener menos faltas si las vemos escritas
correctamente con una imagen, que si solo las escribimos. Por lo tanto, hay que
dejar de trabajar la ortografía haciendo una y otra vez dictados, y copiando
una y otra vez palabras. El dictado tiene que servir solo como instrumento de
evaluación y hay que prepararlo, igual que se prepara cualquier otro contenido.
Y utilizar recursos lúdicos y divertidos para mejorar la ortografía, o
cualquier otro aspecto de la lengua. Lo mismo ocurre con el proceso semántico.
El maestro tiene en este sentido que consolidar el nuevo vocabulario que el
niño ha aprendido, proporcionar estrategias para el estudio de nuevas palabras,
saber seleccionar que palabras son las más adecuadas a cada situación, percibir
las distintas connotaciones de las palabras…. Así contado puede parecer muy
aburrido, o no, ya que hay recursos materiales y lúdicos muy divertidos para
realizar todo este proceso. Yo recuerdo que en mi época escolar utilizamos
juegos como el ahorcado, stop, para
pasar nuestro tiempo de recreo. Y hoy, cuando mis alumnos me piden que si
terminamos un poco antes para jugar al bingo ortográfico, al dobble, al stop… y
lo toman como un premio, paro y por lo menos reflexiono sobre lo que he hecho
ese día. Seguro que llevaban una dosis de aburrimiento.
En la época
en la que vivimos ahora, y en la que han nacido nuestros alumnos, con múltiples
recursos digitales, lo difícil sería que los niños se aburrieran aprendiendo.
Tenemos multitud de recursos didácticos y pedagógicos interesantes y
motivantes. Porque la lengua es muy divertida… si queremos.
Y nuestra
profesión muy interesante, importante y motivadora. QUE NUNCA SE NOS OLVIDE.